jueves, 3 de noviembre de 2011

Conversaciones en torno a la dirección coral. I parte

CONVERSACIONES EN TORNO A LA DIRECCIÓN CORAL (Guillermo Cárdenas D.)
                                                               
       I.  GENERALIDADES

            No hay ningún arte tan universal como la música. Ella, en todas las latitudes,   acompaña al ser humano desde que nace hasta que termina su existencia.  Y de todas las manifestaciones musicales ninguna de ellas es tan accesible a las personas, de todas las edades, como lo es el canto coral. Él, que es tan poderoso en su accionar artístico y educativo, constituye en nuestras vidas una experiencia única e inolvidable.  ¿Cómo explicar su poderío, su influjo comunicacional ?    La respuesta podría ser que el  canto  colectivo, sin duda,  puede evidenciar directa y fácilmente que las expresiones  del arte, y por ende de la música,  hablan más al sentimiento que a la razón. De allí la positiva influencia de los coros en el ánimo de cantantes y público en general, cuando las voces y su musicalidad evidencian calidad artística.

             Todos quienes participan seriamente de la vivencia coral, de algún modo gozan con el tiempo de una transformación de su ser. Y ello ocurre por factores que no están conjuntados en otras demostraciones musicales, al menos en la forma en que se da en los coros. Las condiciones inherentes al canto coral y que podrían modificar nuestra manera de ser, nuestra percepción de la belleza y de la vida misma, están determinadas por tres circunstancias:

              Una de ellas es la producción del arte musical a través de la propia corporalidad, voz y sentimientos, sin intermediarios. No hay un lienzo ni otra caja de resonancia ni nada fuera de sí mismo. Ello le sucede a todo cantante, integrante o no de coro, pero no con la simultaneidad vocal compartida afectivamente con otros cantantes. El que  de uno “de profundis” emane el arte constituye una experiencia incomparable.

             Otra particularidad es justamente el sentido solidario que caracteriza a los cantantes de coros, no solamente  en sus responsabilidades musicales, sino en la convivencia coral que supone disciplina, estudio por voces individuales y de conjunto, colaboración por mantener un ambiente grato y de amistad en  salas y lugares de ensayos o actuaciones, y en donde quiera que se esté participando coralmente. Ello permite que un coro haga música con seriedad  y, a la vez, se cultiven en él valores estéticos y de sana convivencia

              Y la tercera circunstancia es que, con excepción de las organizaciones  profesionales,  pueden  iniciarse en  la  actividad coral  personas  sin experiencia,ni  conocimientos  musicales,  lo cual   marca una  diferencia con  todas las otras especialidades artísticas Está demostrado que la mayoría de estas personas que se acercan a los coros con anhelos de cantar, pueden seguir las partituras corales  correctamente y, además,  muchas veces ser ellas muy musicales, e inclusive, con capacidades de ser solistas-

                 Cuanto más virtuoso es el instrumento coral más atractivo es él para los cantantes. Así como en la vida los detalles son importantes para la convivencia familiar y las relaciones entre los amigos, así también en los coros  hay pormenores musicales muy importantes que se comparten aprendiendo a cantar,  como los matices interpretativos en el color vocal y en el fraseo, las variaciones dinámicas  y de cambios de velocidad, acentuaciones, cesuras respiraciones, etc., los cuales, además de ser necesarios, son muy formativos por la vivencia de su calidad artística, El canto coral bellamente realizado provoca en los cantantes y en las personas que lo escuchan variados sentimientos con diferentes matices de intensidad, que son casi siempre de alegría y placer o de paz y tranquilidad,
        
                Quienes gustan de la actividad coral y la comparten con  fruición , tienen  la posibilidad de estar siempre en contacto con obras y versiones corales de  los  grandes compositores, aprendiendo de ellos cantándolos o escuchando sus composiciones están sintiendo interiormente la sublimidad de la música y fortaleciendo el sentido del buen gusto musical. Este sentido puede ser nutrido constantemente en contacto con la belleza, la naturaleza misma,  la calidad artística, y cultural del entorno social, etc. En suma, vivir intensamente el canto coral tiene el significado de conocer y acercarse de manera única e incomparable a las realizaciones espirituales de la humanidad,  en toda su  grandeza y en todas sus sutilezas.

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