En eso me llama mi amigo Pepe Ch. del club de leones para preguntarme si había visto el especial de la Primavera en el diario La industria, le dije que no, pero que si deseaba le iba a comprar y así salí de casa a buscar el periódico. Grande fue mi sorpresa al ver que el Señor de los milagros estaba en la esquina de nuestra parroquia y recién las 2,30 pm.
Así y todo los grupos de la parroquia ya se estaban pasando la voz y se preparaban a recibir al Cristo morado. En la foto superior tenemos al párroco José Escurra manifestando su saludo al Señor y bendiciendo a la cuadrilla de cargadores.
Luego vino la duda humana ¿podrá el Señor de los milagros entrar en el templo para recibir los homenajes preparados y hacer descansar un poco a sahumadoras y cargadores? La respuesta parecía un no rotundo en vista que el pórtico y el coro de nuestro templo son más bajos que el anda con los cargadores de pie. Y allí empezaron los debates, el Señor pernocta afuera y sacamos todo a la calle para hacer allí el homenaje... no, mejor, dejamos las cosas como están y hacemos el homenaje a voz en cuello... no, mejor quitamos la parte de abajo del anda y hacemos entrar al Señor en mano, no en hombros... y esa fue la solución. Puede sonar fácil de ejecutar, pero fue una obra de fuerza, precisión y fe.
En la foto de la derecha pueden ver ustedes al anda ¡en manos de sus cargadores!, ellos sostuvieron al Señor así, los casi 8 metros que hay desde la puerta hasta que termina el área del coro, toda una proeza que sólo Dios puede inspirar y lograr.
Luego con mucha emoción y con el templo casi lleno fuimos partícipes de las oraciones, peticiones y agradecimientos que brindó nuestra parroquia por aproximadamente 45 minutos. Francisco aparece en esta foto como nuestro hermano mayor, que nos predispone al trabajo pastoral.
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