La misa de Pentecostés fue concurrida y ya son varias semanas que: cantamos a las 7am y con equipos.
Hoy sentimos que es cierto que el Espíritu santo habita en nosotros, pues de otra manera las cosas en la Tierra serían un caos, hoy sentimos la presencia poderosa inspirándonos en el canto. Así como lo dice la Secuencia de hoy:
- Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
- Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
- Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.
- Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
- Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
DEFENSOR DE LA VERDAD Y DE LA JUSTICIA. ¡Oh, san Antonio de Padua, tú que ejerciste maravillosamente tus dotes de predicador, convirtiendo a muchos herejes; tú que luchaste con todas tus fuerzas contra la usura, el encarcelamiento por deudas y a favor de los trabajadores!, Ayúdanos a ser también defensores de la verdad y de la justicia, fundamentos de la paz. Amén.
Instantes de alegría, en la puerta del templo, bailando marineras y huaynos al celebrar la fiesta de san Antonio. La banda tocó con entusiasmo contagiante.
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