sábado, 13 de agosto de 2011

Retiro de apertura semestre 2011-II en la UCT

Ayer, en el Seminario mayor de san Carlos y san Marcelo, los integrantes de la familia ucetista participamos del retiro espiritual con motivo de la apertura del semestre académico 2011-II.

La primera charla fue: Encuentro con la persona de Jesús, a cargo del padre Eusebio. Partió del extracto de Aparecida en la que dice que somos llamados a ser "discípulos misioneros" porque no se puede ser uno sin lo otro. Es decir, no hemos sido llamado para algo, sino para Alguien, Jesús. El encuentro con Él, empieza por una seducción que ilumina la mente, conquista el corazón y electriza la mente. Este seguir a Cristo, no es ciego, sino que uno sigue a Alguien en quién confía, a Alguien que considera capaz, y ese seguir implica asumir su proyecto y misión.

A sabiendas que después íbamos a ir a la capilla nos dejó una separata con fragmentos de la Biblia para meditar como: "El que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí" (Mt 10,38); "quien no carga con su cruz y se viene detrás de mí, no puede ser mi discípulo" (Lc 14,27). También salmo 138 (Señor, tú me sondeas y me conoces), el testimonio de Pablo (Fil 3,1-12).

Jesús pide a sus discípulos vivir de la fe en Él. Jesús no quiere ser desalojado de nuestro corazón por las cosas materiales, las preocupaciones y los medios: Mt 6, 30. Mt 8, 26. Mt 16, 8.

Tuvimos dos momentos con Jesús sacramentado. Este es el primero, acompañados por la prédica, siempre meditada y enfática del padre Emiliano.
El Padre William Costa, encargado de Imagen Institucional de la UCT nos habló de la Santa Misa, que es un encuentro con Jesús sacramentado, en el que se recuerda la última cena y que esa fue a su vez, la primera misa.

A través de la historia ha habido dudas de la presencia de Cristo en la Eucaristía, y para cada una de esas dudas a aparecido un milagro eucarístico, es decir la conversión del pan y el vino en la carne y sangre de Jesús. Así por ejemplo, las investigaciones científicas del profesor Linoli y Marina de Cesare acerca del milagro de Lanciano. También las investigaciones de un científico ateo, Dr. Castañón, que investigó el milagro eucarístico en Buenos Aires y otro del siglo XIII en Orvieto.
El almuerzo fue ají de gallina y pollito con papa sancochada. Muy rico y sazonado con buenas charlas entre amigos.
Luego del almuerzo, Alfredo nos quitó el sueñito con super dinámicas, una de ellas fue la de conversar dos minutos con un integrante de la familia ucetista y luego presentarlo y representar su nombre con una o dos letras de su nombre.
Monseñor Ricardo Angulo compartió con nosotros momentos complicados en su vida que eran parte de su charla: Comunión.

La Comunión vista como un encuentro. Como la experiencia del llamado de Jesús, con Él, a la comunidad, la experiencia de estar unidos Dios y la alegría de compartir esta experiencia con otros.

Así, pues, la Comunión lleva a la alegría, alegría en el alma y el espíritu que busca también la alegría de los demás. ¿Por qué? Esto como respuesta al duro trayecto entre "el ciento por uno" y la "vida eterna". Porque no es que las cosas vayan a ser fáciles, sino que la "perfecta alegría" es la que nos dará una visión de la vida más positiva
La Santa Misa. Momento de la Comunión en la capilla
Una fotito de los del coro que animamos la misa

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