miércoles, 10 de agosto de 2011

Polvareda que se esfuma

La juramentación del presidente de la república, Ollanta Humala, con la invocación de los principios de la Constitución de 1979, desencadenó toda una polvareda. Abogados liberteños presentan sus posiciones.

Juan Zavala Sullac. Catedrático de la facultad de derecho y ciencias políticas de la UNT.
ESTA VIGENTE LA CONSTITUCIÓN DE 1993.

Es intrascendente la invocación a la Constitución de 1979 porque lo importante es que jure. No hay una fórmula para juramentar, tanto así que el primer ministro es judío y mandó que retiren la Biblia y el crucifijo, y lo hizo de acuerdo a sus creencias.

La ministra de la mujer, Aida García Naranjo, no se sabe por quién juró porque también mandó retirar los evangelios. La vicepresidenta Marisol Espinoza lo hizo por Piura.

Los fujimoristas, antes, habían jurado por su presidente preso. En años anteriores, un congresista que era mi paisano, también de Piura, había jurado por Dios y por la plata, otros lo han hecho por sus mamacitas que están en el cielo.

Si el presidente de la república, Ollanta Humala, juró por el espíritu de la Constitución de 1979, lo importante es que juró.

Creo que la derecha peruana le está haciendo un cargamontón innecesario al presidente de la república, que son los dueños de los medios de comunicación para ver su temple.

Precisamente eso debe demostrar Humala Tasso: temple, tolerancia y autoridad para gobernar el país, sino estará supeditado a los grupos de la derecha, como ya ocurrió con el expresidente Alan García Pérez en su segundo mandato, lapso en que se entregó a la derecha, a "los ricos y poderosos del Perú" y jamás hizo nada por los viejos principios que pregonó el fundador del partido aprista Víctor Raúl Haya de la Torre, cuya organización propugnaba fervientemente la defensa de los derechos de los trabajadores manuales e intelectuales.

Estos son días de prueba para el nuevo mandatario. O se doblega a la derecha o trabaja de manera "firme y feliz por la unión" de todos los peruanos, una frase acuñada en una moneda del Perú en el año 1826, y que ahora debe convertirse en el lema del país.

Respecto a la supuesta vuelta a la derogada Constitución Política del 1979 tenemos que aplicar el principio del realismo jurídico, es decir a la primacía de la realidad antes que nuestros deseos buenos o malos.

Y la realidad consiste en que la Constitución política de 1993 es la que está vigente, lo demás es poco, como las ilusiones perdidas.

Para tener una nueva constitución existen procedimientos establecidos por ambas normativas, los que deben ser tomados en cuenta y respetados. Éste es un momento de reflexión y de tomar las cosas con calma para evitar desatinos

Publicado en Enfoque. Suplemento dominical de La Industria. Domingo 7 de agosto de 2011, página 9.

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