jueves, 17 de junio de 2010

¿DIOS FUERA DEL MUNDIAL?

¿Cuáles son las verdaderas motivaciones para convertir los estadios en el nuevo escenario de exclusión religiosa?
Autor: Gustavo Godínez Vargas | Fuente: www.elecocatolico.org

Esta vez nada. No podrán santiguarse, ni elevar las manos al cielo. Tampoco podrán mostrar la camiseta que llevan bajo el uniforme. Ni católicos, ni musulmanes, ni hindúes... nada. La FIFA, todopoderosa, ha expulsado a Dios del Mundial.

Joseph Blatter, heredero de la multinacional que mueve más millones en el orbe, el jefe de la organización con más estados nacionales miembros, acaba de decretar “que cualquier manifestación religiosa debe quedar fuera del fútbol”.

La idea detrás de este “mundial laico” es simplemente “no incitar a la violencia”, tal como lo dio a conocer Andreas Herren, portavoz de la FIFA, pero ¿ha habido alguna vez un enfrentamiento en un estadio por un símbolo religioso?, ¿Cuáles son las verdaderas motivaciones para convertir los estadios en el nuevo escenario de exclusión religiosa?

La prohibición

En un contexto estrictamente deportivo, esta norma parece integrarse al paquete de la amonestación por “festejo desmedido”, que recibe quien celebra un gol quitándose la camisa, o subiéndose a las mallas. Pero como dice Javier Aguirre, del periódico argentino Página 12, “para organizadores de eventos costosísimos como un Mundial, la fe resulta una expresión aun más inquietante que la felicidad”.

Según cuentan diversos medios, la afrenta última que sufrió este organismo en este ámbito fue a manos de Brasil durante la última Copa Confederaciones. Los verde amarillos vencieron tres goles por dos a un inspirado Estados Unidos, luego de estar abajo todo el partido. Pero una vez que este finalizó, jugadores y miembros del cuerpo técnico formaron un círculo al centro de la cancha. Abrazados recitaron una oración de acción de gracias, gesto que provocó un disgusto enorme a Jim Stjerne Hansen, presidente de la Federación Danesa de Fútbol.

El funcionario consideró “inaceptable” el asunto y escribió una carta: “la expresión de fervor religioso de los brasileños duró demasiado tiempo... y provoca una confusión entre religión y deporte”.

Un acto parecido ocurrió en Yokohama, cuando Brasil conquistó su quinto título mundial en Corea-Japón 2002, y varios jugadores dieron mensajes religiosos con frases pintadas bajo su uniforme.

La FIFA tiene reglas muy particulares que gobiernan casi todas las cosas relativas al fútbol. Hasta hace poco, no prohibía los gestos de religiosidad, pero tiene sanciones para textos inscritos bajo la camiseta del uniforme sean políticas, personales o religiosas. Probablemente las camisetas con mensajes cristianos como “Amo a Dios” o “Pertenezco a Jesús” que mostraron los flamantes campeones al finalizar el cotejo, no ayudaron mucho en este tema.

Con la carta en la mano y en los medios muchos millones en juego, Blatter rápidamente acuerpó las declaraciones de Stjerne y envió una señal inequívoca al equipo brasileño con su severa advertencia. No en vano el escritor George Orwell alguna vez dijo que el fútbol era una guerra sin disparos; y aquí los disparos parece que van dirigidos al cielo.


Contradicciones

Tras la medida, numerosas voces se han levantado para gritar verdades un tanto incómodas para el ente futbolístico mundial. Sectores cristianos no católicos del Brasil han lanzado su pregunta de oro “¿Por qué hacer que se sancione mostrar la fe y, sin embargo, no se prohíba la publicidad de empresas que emplean mano de obra esclava?”.

Además, ¿cómo la FIFA permite que empresas que venden productos no exactamente “sanos y nutritivos” patrocinen el mayor espectáculo deportivo mundial?

Además, sería irresponsable decir que algo que siempre ha estado allí -las manifestaciones religiosas- sean las culpables de la violencia en este deporte.

Atletas de Cristo

El Padre Kevin Lixey, experto en deporte y religión, comentó a la agencia de noticias católicas Zenit, que “el fútbol es uno de los fenómenos que más pasiones despierta en el mundo, pero al mismo tiempo ayuda “a establecer relaciones fraternas entre los hombres de todas las clases, naciones y razas”, como dice el número 61 de la “Gaudium et Spes”.

Y recordó que en ocasión de la bendición del Estadio Olímpico de Roma, antes del Mundial de 1990, el Papa Juan Pablo II decía a los futbolistas: “Os están mirando los deportistas de todo el mundo. ¡Sed conscientes de vuestra responsabilidad! No sólo el campeón en el estadio; también el hombre con toda su persona ha de convertirse en un modelo para millones de jóvenes que tienen necesidad de líderes y no de ídolos. Tienen necesidad de hombres que sepan comunicarles el gusto de lo arduo, el sentido de la disciplina, el valor de la honradez y la alegría del altruismo. Vuestro testimonio, coherente y generoso, puede impulsarles a afrontar los problemas de la vida con igual empeño y entusiasmo”.

Estas frases del Papa encierran un programa de vida para el futbolista y responden seguramente a uno de los grandes valores que representa el deporte en el mundo de hoy: ser un punto de referencia para la educación de las futuras generaciones.


Oración para el Mundial de Fútbol 2010

Dios todopoderoso,
creador de todo, mientras personas
de todas las naciones se congregan, con pasión
y entusiasmo para la Copa Mundial de Fútbol 2010, que
nosotros los sudafricanos podamos ser buenos anfitriones,
que nuestros visitantes sean huéspedes bienvenidos y que los
jugadores de todos los equipos sean bendecidos con un buen
espíritu deportivo y con la salud. Que tu Espíritu de equidad,
justicia y paz prevalezca entre jugadores y participantes.

Que puedan contribuir, cada uno a su manera, de forma
positiva para la prevención, el control y la lucha contra
el crimen y la corrupción, el vandalismo de cualquier
tipo y la explotación y el abuso, sobre todo de
los más vulnerables. Que aquellos que están
lejos de sus hogares y de sus familias
encuentren mucha alegría con
ocasión de la celebración del
hermoso juego del fútbol y
del bello juego de la
vida conforme a Tu plan
para el bien común
de todos.

Amén.

Conferencia Episcopal Sudafricana.

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