Sus familiares estaban vinculados a la nobleza y nuestro santo heredó de ellos la buena elocución, pues por su inteligencia y bondad pronto se hizo conocido. Se consagró al Señor en cuerpo y alma. Leía asiduamente la Biblia y la aprendió de tal manera que era capaz de decirla con punto y coma, pues su inteligencia era prodigiosa.
Se inició como sacerdote en el convento de los canónigos regulares de san Agustín de san Vicente de extramuros, de su ciudad natal. Enardecido por su amor al Señor y al prójimo que demostraban los religiosos franciscanos, cuando evangelizando llevaban la "Buena nueva", pidió su cambio y lo consiguió, pues la Orden franciscana tenía un convento en Coimbra, que era considerada la capital intelectual de la nación portuguesa. Era una comunidad fervorosa cuyo prior de entonces era Tectonio, íntimo amigo de san Bernardo.
Sufrió mucho cuando cuatro hermanos franciscanos llegaron a su convento en buscar de pasar la noche y un poco de paz. Cuál sería su sorpresa que a los pocos días las cabezas de estos franciscanos eran paseadas en una carreta, en señal de venganza, porque practicaban el amor de Dios. Desde ese momento su corazón fue herido y no tuvo más deseo que ir a Marruecos a evangelizar, reemplazando a aquellos franciscanos que amaban tanto al Señor.
Tuvo el gozo de conocer a san Francisco de Asís, quien le recomendó predicar el evangelio y ser formador de los Hermanos menores. San Francisco lo llamó "mi Obispo".
La muerte lo sorprendió a la edad de 36 años y al año siguiente fue canonizado por el Papa Gregorio IX en el año 1132. El Papa Pio XII lo proclamó doctor de la Iglesia con el título de "Doctor Evangélico", y su fiesta se celebra el 13 de junio.
Hna. Juli Ortega, Presidenta de la Pía Unión Antoniana.
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