Misa de Jacky - parte 2

Después de mucho tiempo nos juntamos los antiguos y los nuevos cantando para una causa común. Un coro de lujo que cantó con un sentimiento fuerte de tristeza al inicio de la misa, luego se fue suavizando, sentimos paz y la música fluyó natural. Cantamos varias canciones que a ella le encantaban, ya en el parque eterno fue música popular a cargo de Lady.

El Carmen estuvo lleno. En la instantanea las personas envían sus energías positivas y buenos deseos para Jacky, ya que con ella vivimos muchísimas experiencias positivas. El padre camilo acompañó la familia y dio una homilía de paz, aparte que las lecturas fueron las adecuadas.

Finalmente fuimos al Parque eterno. En la última foto están Erick P., Paul C. y Victor Hugo B. despidiéndose. Al despedirmos de la familia de Jacky, ellos nos agradecieron lo bonita que había salido la misa, y mencionaron la paz que habían sentido estos instantes. Al escuchar eso nos consolamos un poco y mencionamos que nosotros sentimos lo mismo, con Jacky cantando a nuestro lado. Su mami nos contó que en casa habían orado y le habían puesto el vestido rojo del coro, tal como era su intención antes de partir... conmovedor.

Agradecemos también de manera especial a los chicos actuales que coro que no la conocieron y participaron de la misa; gracias a ellos algunas canciones pudieron cantarse ya que nos traían recuerdos muy intensos y por momentos no podíamos cantar. Gracias chicas y chicos, con su presencia y su canto nos demostraron solidaridad y amistad.

LECTURA DEL LIBRO DE SABIDURIA. CAPITULO 4, VERSICULOS 7 AL 15.

La muerte prematura del bueno.

El bueno, aunque muera antes de tiempo, tendrá descanso, pues la vejez que merece respeto no es la que dura mucho tiempo, ni se mide por el número de años. La prudencia vale tanto como las canas, y una vida intachable es como una edad avanzada.

El bueno agradó a Dios, y Dios lo amó; vivía entre pecadores, y Dios se lo llevó; lo arrebató para que el mal no pervertiera su mente, para que el error no sedujera su alma, pues, como un hechizo, la maldad oscurece el bien y el vértigo de la pasión pervierte al espíritu inocente.

Él consiguió en poco tiempo la perfección que se logra en muchos años. Como su alma era agradable a Dios, Dios se apresuró a sacarlo de la maldad.