domingo, 27 de diciembre de 2009

Lo que damos por sentado es prestado

Todo lo que damos por sentado en nuestra vida, es prestado. Puede sonar duro, pero así, es. Las cosas a las que nos aferramos son prestadas y en algún momento las tendremos que devolver al verdadero dueño y él nos juzgará de acuerdo a cómo hemos tratado lo que nos encargó.

La Biblia habla de ello en la parábola de los talentos, que no son necesariamente monedas, por ejemplo: hay personas que cocinan muy bien, ellas cuando cocinan y enseñan a cocinar a otros están haciendo buen uso del don que les encargaron; otros con su fuerza física desempeñan labores que otros no podrían, otros con su don de palabra predican con sencillez la Palabra de Dios, otros cantan, otros crean las canciones y coreografías... otros son muy inteligentes y cuando tienen ideas brillantes por el Bien común es fabuloso para ellos y para los que están a su alrededor; sin embargo, puede aparecer al sombra de Alzheimer o la demencia senil y la rapidez mental que tuvieron antes podría disminuir considerablemente.

Es así que no debemos aferrarnos tanto a las cosas, aunque nos parezcan importantísimas. En mi caso tengo un par de chucherías para otros, pero para mí son muy significativas y creo que siempre las recordaré, una es una foto con mi abuelito cuando estaba muy pequeña y aún no caminaba, él me alza en sus brazos y trae su mejor sonrisa, luego tengo dos monedas de un sol amarraditas que son la primera paga que recibí por cantar, y tengo una Tau auténtica que me entregaron en Arequipa para el penúltimo encuentro nacional de JUFRAs en el que participé... y también me aferro a muchas cosas como a mi trabajo (que me encanta) o a mi familia (que es mi gran pilar), etc. Sin embargo, estoy consciente que no los tendré para siempre, algún día ya no podré cantar o no podré trabajar y de la misma forma mis seres queridos partirán a otras tierras o emprenderán en camino de la Vida eterna...

En la misa de hoy, dedicada a la Sagrada familia, escuchamos palabras muy claras al respecto de cómo el trato de hijos hacia los padres, y de padres hacia los hijos se puede mejorar mucho nuestra vida y dar sentido a esto de no aferrarnos cerradamente a nada.

Para comentar en familia recomiendo leer: Eclesiástico 3 (honrar la familia), Mateo capítulo 6, versículo 19 en adelante (no poner la confianza en el dinero), 2 Corintios capítulo 5 (no quejarnos), Efesios capítulo 5 versículo 22 incluso capítulo 6 (amor entre esposos, amor de los hijos a los padres), Colosenses capítulo 4 versículos 18 en adelante (obediencia y amor entre la familia), 1 Pedro capítulo 3 (esposos cristianos). Además tenemos en el blog de Rafael Zavala que sigo: http://ideasvida.wordpress.com/2009/12/26/empenarse-en-la-propia-felicidad-camino-seguro-a-la-depresion-2/


Hoy al salir de misa vi a uno de mis alumnos trabajando de auxiliar de construcción, me sentí orgullosa de él, pues el trabajo dignifica y él con su trabajo lleva pan a su familia y santifica a la vez con su sudor el pan que les llevará. Ya una vez que tenga su título y trabaje en lo que tanto se preparó sentiré mucha más alegría.

Elevo una oración a nuestro Señor para que bendiga a todos los que trabajan el domingo, para que tengan también tiempo de alabar a Dios a través de su quehacer, y para que vean recompensado su esfuerzo.


Por último, anticipándome al día de mañana, festividad de los Santos inocentes les invito a orar por los niñitos que aún no nacen, por sus madres, por las familias que los acogerán, también por aquellos que víctimas del egoísmo fallecen en quirófanos o lugares clandestinos. Unámonos en oración para que cesen estos actos inhumanos y las personas involucradas alcancen y sientan el poder del perdón de Dios.

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