jueves, 5 de febrero de 2009

El ejemplo


Los psicólogos, los sacerdotes y nuestros papás nos lo han dicho hasta la saciedad “la mejor forma de enseñar es con el ejemplo”. Sin embargo, no hay varitas mágicas, y no basta con hacerla de modelo.

Así y todo hay varias pautas que nos da el libro Padres para dummies.

A) el amor no se compra: es quiere decir que si le damos tooodo lo que quiere a un niño, simplemente lo estamos malcriando. Recuerdo a mi amiga de la universidad cuyos padres se estaban divorciando y cada uno se esforzaba más por llenarla de regalos, eso suena más soborno que amor.
B) recompense lo bueno: prestando atención cuando están tranquilos, cuando piden por favor, cuando dicen gracias, cuando guardan sus juguetes, cuando comen los vegetales… si sólo prestamos atención cuando hacen rabietas, pues las seguirán haciendo.
C) tenga cuidado con lo que hace: olvídese de eso de “dile que no estoy”, eso incluye lo concerniente al maltrato, las palabrotas, o el consumo de sustancias enervantes. Los niños copian muchos hábitos de los padres, como los gustos por la comida.
D) forme hábitos desde pequeños: no hay que esperar a que los niños tengan 5 años para enseñarle que coger lo que no es nuestro es malo. Si los niños nos ven leer, conversar alturadamente o hacer ejercicios, ellos lo verán y almacenarán como cotidiano, para luego usarlo cuando crean conveniente, es como que lo guardan en su repertorio de conductas adecuadas.

Referencias
HARDIN, Sandra; GOOKIN, Dan. (2005). Padres para dummies, Ed. Norma, Bogotá.

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