A pesar que las profecías mayas anuncian que este año el mundo se acabará, nosotros como cristianos sabemos que siempre tenemos que estar preparados para el encuentro del Señor, pero no hay que alarmarnos con que el mundo se acabe este año y una de las muestras para ello son los enamorados, estén ya casados o en proceso. ¿Por qué los enamorados? pues porque ellos sólo tienen que ver con un mandato, el mandato bíblico de amarse y respetarse, de dejar de ser dos para ser uno solo. Ojo, que decimos enamorados porque están enamorados, independientemente de cuántos años lleven de casados o de noviazgo.
Y es hermoso ver que la vida nos da muestras del amor y la amistad todos los días, sólo que a veces estamos demasiado ocupados en cosas mundanas que no vemos la hermosura del paisaje o la caridad de nuestros amigos que hacen todo por vernos felices.
Este 14 de febrero concurrimos a La Catedral para cantar en la misa de san Valentín, y allí Monseñor Ricardo Angulo fue muy claro: el amor no es privilegio de unos pocos, de los ricos o de los bonitos, no, sino de todos y fue por eso que san Valentín continuó casando a los enamorados aunque era tiempo de guerra, pues porque la vida continúa aunque haya guerra; el amor viene de Dios y no debe ser detenido por fusiles o alambradas.
Nuestros cantos fueron de gozo y piedad a la vez, pues san Valentín es patrono de nuestra ciudad al haberla librado de males de la naturaleza. Además aprovechamos para orar por nuestros amigos y parejas (los que tienen claro). Al finalizar la misa nos dio gusto que a las personas se acercaron a decir que les gustaron mucho nuestras interpretaciones... sentimos que era nuestro regalito del día de la amistad. Por último fue la tradicional procesión alrededor de la Plaza de Armas. Un abrazo para todos los lectores por el día del amor y la amistad.
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