El 3 de febrero concurrimos al local de CEGEN para la conferencia "La maestría de las emociones a la luz de las neurociencias" impartida por Janice Ferrand.
Ella es muy didáctica y se paseo por diferentes temas de interés educativo con la facilidad de alguien acostumbrado a darse a entender en temas complicados con palabras sencillas, pues antes la neurociencia era exclusividad de médicos psiquiatras, pero ahora está orientada a la psicología, la educación, las madres de familia, etc.
Hace varios siglos se veía a ser humano como un todo, una sola ciencia, pues cuerpo y mente estaban íntimamente ligados; luego esto se quebró y la búsqueda de la verdad tomó muchos caminos, unos no muy éticos que digamos. A pesar de esto, ahora sabemos que el área emocional del cerebro puede enfermar a las personas. El cáncer por ejemplo tiene muchos factores psicosomáticos y además otros como los hábitos de vida, y cuando a uno le dicen que deje de comer tal o cual cosa, uno se pregunta ¿por qué no me lo dijeron antes? ¿por qué esperaron a que me enfermara?
Pero ¿dónde están las emociones? Las emociones se forman en el cerebro (sistema límbico) asociadas a estímulos externos y podría decirse que es una cualidad de los mamíferos, es decir, los animales también sienten alegría, pena, enojo...
EL TÁLAMO: todos los estímulos pasan por él, como si fuera un peaje de ida y de vuelta. Por ejemplo si vamos por el campo y vemos que algo se mueve debajo de las hojas secas el tálamo envía un mensaje a la amígdala diciendo ¡pánico! Y huimos de allí, no nos vamos a quedar a ver si es una lagartija inofensiva o una serpiente cascabel. Esta es la vía corta que nuestro cerebro usa porque la vía larga implica al lóbulo frontal.
EL LÓBULO FRONTAL: es que el se encarga del raciocinio, y proyecta nuestras decisiones. Los niños con poca atención es muy probable que tengan problemas en el lóbulo frontal.
LA AMÍGDALA: es la encargada de las emociones y su nombre proviene de su forma (almendra). No es la que queda en nuestra garganta, ellas son las amígdalas, sino queda en nuestro cerebro.
EL HIPOCAMPO: es muy parecido a la cola de los caballitos de mar. Es el encargado de la memoria y está ligado a la amígdala por eso el aprendizaje debe ser alegre y placentero. Ésto es más más fácil de apreciar en niños pequeños, ya que ellos reaccionan en base a emociones e instintos.
Empezamos a pensar cuando empezamos a usar la vía larga: amígdala, tálamo (ida y vuelta).
LOS NEUROTRANSMISORES: Un neurotransmisor (o neuromediador) es una biomolécula que transmite información de una neurona a otra, unidas mediante una sinapsis. Hay neurotransmisores que son muy conocidos como la DOPAMINA enfoca y la falta de ella disminuye la atención y aletarga la mente. Cuando hay falta, algunos médicos recomiendan Ritalín para liberar más dopamina, pero el número de receptores de neurotransmisor no es capaz de absorber tanta dopamina liberada, entonces el cuerpo aumenta el número de receptores para poder absorber más dopamina... esto está bien hasta que se acaba la dopamina y los receptores, recién creados, empiezan a pedir más. Es entonces que aparece el síndrome de abstinencia y se necesita tiempo para que los receptores vayan disminuyendo hasta la normalidad.
La SEROTONINA es otro neurotransmisor y se encarga de regular el estado de ánimo. El cerebro la utiliza para fabricar una conocida hormona: la melatonina. También es necesaria para la aparición del sueño en etapas regulares y en niveles bajos puede ocasionar impulsividad o insomnio.
La ADRENALINA es el neurotransmisor que nos hace concentrarnos, estar alertas, por eso nuestro cuerpo la necesita en situaciones de peligro como sismos, etc. Hay personas que se hacen adictas a la adrenalina porque realizan actividades muy estresantes que desencadenan una gran cantidad de adrenalina, pero cuando la actividad baja entran en un estado de depresión o decaimiento.
Lo usual es que una situación desencadene la emoción, pero en medio están nuestros pensamientos, y el lenguaje no verbal de la emoción es muy fuerte y percibible. Lo mejor es la vía larga que nos lleve a un pensamiento reflexivo con la relación causa-efecto.
La clave está en el pensamiento, el pensamiento es liberador, porque no es libertad decir todo lo que se me ocurre porque también nos quita oportunidades.
A veces el pensamiento debe acompañarse de consultas a otros. Porque todos tenemos la capacidad para regular las emociones pero hay veces en que estamos tan cegados por las emociones que no vemos la salida o la solución a los problemas.
Las docentes de la Facultad de educación de la UPAO con la ponente Janice Ferrand, quien también será ponente en el I congreso internacional de educación.
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