sábado, 22 de enero de 2011

Cantamos en la reinauguración de la Catedral

En una ceremonia especial con la asistencia de autoridades y fieles, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, inauguró y bendijo las obras de remodelación de la basílica catedral de la ciudad de Trujillo, en La Libertad.

El también arzobispo metropolitano de Trujillo estuvo acompañado del Nuncio Apostólico en el Perú, Bruno Musaró; las principales autoridades regionales y locales, además de obispos, sacerdotes y fieles de la Arquidiócesis.

El coro UPAO estuvo acompañado por la orquesta juvenil de Trujillo y en esta ocasión nos dirigió Francis Alarcón. Cantamos los himnos: nacional del Perú, de Trujillo y pontificio, también el Ave María de Schubert, Cristus Vincit, y dentro de la Catedral nuestro solista Alberto Orbegozo interpretó el Panis Angelicus.

Los trabajos, que forman parte del proyecto de puesta en valor la basílica catedral -monumento histórico-religioso integrante del Patrimonio Cultural de la Nación-, se iniciaron con la remodelación de los pisos interiores del templo, que no habían sido cambiados desde hace más de 67 años.

Ese era el principal problema pues muchas personas con problemas de desplazamiento decían que el piso tan irregular (sobre todo del área derecha del altar) era peligroso para ellos y que era fácil tropezarse en sus antiguas baldosas con sobresalidos y hundidos.

También se efectuó el pintado de un fresco en la cúpula principal (ver foto de la derecha con la virgen de la Asunción y las representaciones de los 4 evangelistas), la restauración de las pinturas murales interiores, de las puertas, campanas y el pintado interno y externo de la Catedral.

El presupuesto inicial del cambio de pisos ascendió a un millón 94,263.90 nuevos soles, y para ello se logró la participación del gobierno regional La Libertad que aportó 600 mil nuevos soles y de la municipalidad provincial de Trujillo con 100 mil soles.
La diferencia se consiguió gracias al aporte de personas e instituciones que respondieron a la cruzada denominada “Catedral tuya y nuestra”. Otros contribuyentes fueron los del Club de leones.

Cuando pasamos al interior nos dimos cuenta que el esfuerzo ha sido válido y que la casa del Señor albergará a los fieles, los verdaderos componentes de la Iglesia, que se sentirán inspirados por el ambiente para dar lo mejor de sí y para venir mucho más seguido.

Al final hubo un cóctel en el patio del arzobispado acompañado con la música y danzas de Minchanzamán, en el que participaron los benefactores.

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