Les cuento que nos fue excelente, el público participó atentamente, el maestro Antonio Paz se pasó al explicar cada obra haciendo un concierto muy didáctico. A pesar de los pocos ensayos, del calor intenso de la noche y de las carencias en algunas cuerdas el concierto salió bien.
Les chismoseo que a la gente le encantan las canciones de amor, pues una de las más aplaudidas fue Si chio vorrei morire; además les gustó el Ave María de Victoria.
En la segunda parte perteneciente al siglo XX, empezamos con los Cantos del fuego de Andreo, nos los cantamos todos, sólo La Lola y El paso de siguiriya, que gustaron al público con sus letras profundas escritas por García Lorca. Luego empezó el movimiento con dos temas de la cubana Beatriz Corona, el primero Barcarolla y el segundo un villancico El nuevo día. Cabe añadir que estos dos temas muy efectistas son difíciles de dirigir y pueden salir como mazacote si no se tienen en cuenta los patrones del director, con lo cual estuvimos muy atentos a los microtiempos y micromatices de los temas (no sé si estos términos existan o los acabo de inventar :-)).
Para terminar cómo no sino con lo nuestro: el vals Todos vuelven (C. Miró) y la marinera Así baila mi trujillana (L. Benites R.) que son nuestros segundos himnos y siempre son cantados con respeto y alegría a la vez.
Al final los aplausos, el intercambio de opiniones, las risas, las fotos, las llamadas de atención y las despedidas.
Gracias maestro Antonio Paz, gracias Lucho.
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