Hasta luego, Padre Joe

La foto siguiente muestra cómo recordaremos a José Luis: dando la santa comunión en una fila larga, para favorecer a las personas con algún impedimento, visto el rostro amoroso al prójimo, como lo hace Francisco y siempre bajo la vigilancia de María santísima, que lo conserva. Gracias por todo José Luis. Gracias Jesús, por este extraordinario sacerdote en Trujillo.

A pesar de los ensayos, de que sabíamos que esta era la última misa con José Luis antes de su partida, nuestros rostros dicen en una mmm general, que nuestro espíritu está compungido.

Es complicado si queremos hacer un resumen de todas las cosas que recordaremos del padre José Luis. Por ejemplo, el despedirnos con un saludo franciscano y una bendición especial, ya sea por el cumpleaños, o por los estudios, o por aniversario matrimonial... todos los pretextos eran buenos para las bendiciones extras. También recordamos su gusto por la buena música de letra litúrgica y melodía sobria; así como su amor por el fútbol... Que vivan los Osasuna :-)

Esta es la foto del almuerzo del domingo, con todas las familias del coro reunidas, Dios nos convoca, así como el padre Joe nos convocaba a cantar en misa de 7 am... ayer le reafirmamos nuestra promesa de continuar el coro.

Hoy, al llegar a la agencia, unos le ofrecieron regalos como un morral peruano, o una chompa de alpaca; y él nos obsequió también algunas cosas: como su famosa receta de almendras confitadas o un libro acerca de la crianza de los hijos, o un cancionero litúrgico con partituras... también le pedimos su dirección, teléfono, etc.

Esta es una de las tantas fotos que tomamos aún sonrientes, luego empezamos a cantar y la garganta se hizo un nudo. Kuki llamó desde Estados Unidos y habló con el padre, otros desde otros lugares hicieron lo mismo. El padre Joe se dio el tiempo de hablar y bendecir a todos, incluso por teléfono.

Ya una vez fuera de la agencia, todo sucedió muy rápido y nos vimos haciendo adiós a una ventana del segundo piso, como cuando en la Isla de la fantasía, decían "el avión, el avión". Luego la plena conciencia que este viaje es largo, atravesará el Atlántico y la ausencia física durará por lo menos dos años... La expresión de Gabrielito lo dice todo.

Señor, Padre de bondad, dueño de la vida y de nuestro bien, te encomendamos a Joe Álvarez, nuestro gran amigo, nuestro guía y nuestro confesor, cuídalo y bendícelo con tu inmenso amor.